La magia morada de las Jacarandas
Cada año, durante los meses de marzo y abril, las calles Salamanca y otras ciudades se tiñen de un vibrante tono morado gracias a la floración de las jacarandas, un espectáculo natural que marca la llegada de la primavera.
El color característico de las jacarandas se debe a pigmentos naturales llamados antocianinas, responsables de los tonos púrpura y azulados que, bajo la luz del sol, adquieren un brillo particular.
La historia de las jacarandas en México se remonta al siglo XX, cuando el paisajista japonés Tatsugoro Matsumoto, contratado por el entonces presidente Álvaro Obregón, sugirió plantar estos árboles en la capital como una alternativa al emblemático cerezo japonés, que no florecía adecuadamente en el clima local. Desde entonces, las jacarandas se han convertido en un símbolo de la primavera mexicana.
Las jacarandas no solo son admiradas por su belleza. Popularmente, representan renovación, esperanza y el renacer de la vida tras el invierno.
A pesar de su impacto positivo, la caída masiva de sus flores suele generar inconvenientes en las calles y banquetas, provocando resbalones y acumulaciones de basura vegetal. La floración de las jacarandas, breve pero intensa, nos recuerda la belleza de la primavera.