La procrastinación, el acto de posponer tareas o decisiones importantes, se ha convertido en un fenómeno común en la sociedad moderna. Afecta a personas de todas las edades y profesiones, influyendo negativamente en la productividad y el bienestar personal. En México, es un problema creciente que ha captado la atención de psicólogos, educadores y empleadores.
Según un estudio realizado por la UNAM, aproximadamente el 40% de los estudiantes universitarios admiten procrastinar de manera regular, mientras que otro estudio llevado acabo por la consultaría OCCMundial, revelo que el 60% de los trabajadores han experimentado procrastinación en el trabajo.
Las principales causas identificadas incluyen la falta de motivación, la sobrecarga de tareas y la ausencia de una correcta gestión de tiempo. La ansiedad, el miedo al fracaso y la falta de autoconfianza son factores psicológicos, un estudio de la Asociación Mexicana de Psicología estima que el 35% de las personas que procrastinan regularmente experimentan altos niveles de ansiedad.
Reconocer este problema y adoptar estrategias para mitigarlo es esencial para mejorar la productividad y el bienestar general.