Aguardan con ansia que los humanos y su descendencia bajen y encuentren su retorno al Mictlán donde el alma reposara eternamente, para llegar, los vivos tenían que realizar una ofrenda la cual sería iluminada por el fuego y el copal que guiarían al espíritu en su camino a la tierra de los muertos.
Hoy los Mexicanos consagramos a la vida y a la muerte, en dos días muy especiales cuando la creencia nos indica que las almas de aquellos seres queridos, regresan para convivir por un breve tiempo con los vivos.
Su relación con los muertos empezó desde hace más de 25 años, Víctor Manuel convive día a día con la muerte, el ser sepulturero es sin duda un oficio que no cualquier persona podría realizar.
En vísperas de la conmemoración de los santos inocentes y los fieles difuntos, su trabajo aumenta en un 40%, pues realiza desde reparación de gavetas, floreros, libros, pintado de letras, es sepulturero y ayudante de exhumaciones, estos últimos, uno de los trabajos más difíciles al ver el dolor de los familiares cuando se despiden de un ser querido.
Su jornada inicia desde temprano y acaba hasta la noche en el panteón de "las Flores", Víctor Manuel asegura que nunca le ha sucedido nada paranormal, dice que hay que tenerle más miedo a los vivos, porque los muertos ya descansan.