La vitamina B es vital para la salud del cerebro
La vitamina B es un grupo de vitaminas solubles en agua que desempeñan un papel crucial en numerosas funciones del cuerpo. Este grupo incluye varias vitaminas B distintas, así como la tiamina (B1), la riboflavina (B2), la niacina (B3), el ácido pantoténico (B5), la vitamina B6, el ácido fólico (B9) y la vitamina B12.
Estas vitaminas participan en la síntesis de neurotransmisores, que son sustancias químicas que transmiten señales entre las células nerviosas en el cerebro. Por ejemplo, la vitamina B6 es necesaria para la producción de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que afectan el estado de ánimo y la función cognitiva. Asimismo, algunos estudios sugieren que un adecuado consumo de ácido fólico (vitamina B9) y vitamina B12 está asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer en personas mayores.
Al tener carencia de alguna de estas, pueden provocar ciertas deficiencias en nuetro organismos, por ejemplo, con la tiamina (B1) se podría generar irritabilidad, trastornos emocionales, confusión, trastornos del sueño, pérdida de memoria, síndrome de Wernicke-Korsakoff (neurodegeneración, dentro del tálamo medial y el cerebelo), amnesia, apatía y confabulación. De igual manera, con la deficiencia de riboflavina (B2) vienen efectos como fatiga, cambio de personalidad y disfunción cerebral.
En cuanto a la niacina (B3), la falta de esta puede desencadenar síntomas como depresión, ansiedad, vértigo, pérdida de memoria o paranoia; del ácido pantoténico (B5), generaría encefalopatía o cambios de comportamiento. La escasez de biotina provocaría depresión, letargo, alucinaciones y convulsiones. Y de ácido fólico (B9) y B12 podría acarrear trastornos afectivos, cambios de comportamiento, psicosis, deterioro o declive cognitivo o demencia.
Por esto, es importante llevar un equilibrio adecuado de todas las vitaminas B para obtener los beneficios completos para la salud cerebral. Estos se pueden conseguir a través de una variedad de alimentos, como carnes magras, pescado, huevos, lácteos, legumbres, frutas y verduras.