Juanita, Karina, Griselda, Laura, Verónica y Martha, las mamás del CAM, mujeres que llevan a sus hijos a clase para atender cada una de sus necesidades y que esperan a las fueras de la unidad escolar, un grupo de madres que conformaron una amistad.
Lagrimas y sonrisas, así se autodenomina este grupo de madres, lo admirable de este singular equipo, es la amistad que han forjado y como una puede ser el apoyo moral de la otra, sus hijos e hijas, fueron diagnosticados con algún tipo de discapacidad y entre ellas se dan ese apoyo que en otro lugar no pueden encontrar.
Mientras sus hijos están en la escuela, ellas esperan bajo la sombra de un árbol, no importa el tiempo, muchas de las veces no cuentan con el recurso para ir y venir, siendo de comunidad parten de su casa antes de las 7 de la mañana para estar puntuales, en este lugar han celebrado cumpleaños, han reído y han llorado, cada una con una historia diferente.
Griselda es mamá de Safira, quien está a punto de egresar, sin embargo, la duda para la mayoría de estas madres es ¿Qué sigue? Ya que, no existe una escuela de nivel medio superior o superior que atienda las necesidades de sus hijos, la opción es que sus hijos trabajen pero, cómo hacerle cuando a pesar de ser mayores, dependen de su madre.
Las mamás del CAM, mujeres que son el claro ejemplo de que las mamás son capaces de todo, de aguantar hambre, frío, calor y que la pena o el miedo no es una opción.