Los valientes no temen trabajar bajo las peores condiciones, no conocen pena o miedo. Hay que ser muy valiente para salir y enfrentar la adversidad. Así es Don Luis, camina y avanza paso a paso por los pasillos del mercado Tomasa Esteves; estira su mano a cada persona que su débil vista le permite ver.
Ensordecido, cansado y hambriento, la juventud la dejó atrás, la fuerza lo abandonó, solo cuenta con 90 años de edad y la voluntad de las personas que amablemente le dan una limosna.
Todos los días, se levanta con una sola misión, juntar algo de dinero para comer y al siguiente día la meta es la misma
A pesar de que Don Luis camina entre la gente, pareciera que es invisible a la vista de todos, las miradas lo evaden, lo miran por encima, son pocos los que se detienen y le regalan una moneda o bien un poco de tiempo para escucharlo y conocerlo
Desde Los Hernández, Don Luis nos trae su historia, la historia de un hombre valiente.