Una vez que los cubrebocas han cumplido con su periodo de utilidad se convierten en un desecho contaminantes, toda vez que en su gran mayoría, la ciudadanía no atiende ningún tipo de medida para un adecuado confinamiento de estas mascarillas que en su gran mayoría están fabricadas con microfibras de plástico. Algunos estudios que se han realizado en diferentes partes del mundo, revelan que en este periodo de contingencia sanitaria, cada mes se utilizan 129 mil millones de máscaras quirúrgicas cada mes, en todo el mundo, en números, esto equivale a 3 millones de cubrebocas utilizados por minuto. Un punto a destacar, es que los cubrebocas, dependiendo del material de fabricación, pueden tardar meses o años para degradarse, muchas mascarillas se tiran en la vía pública y generan afectación al medio ambiente; este tipo de desecho puede llegar a los ríos y mares, provocando daños a las especies marinas. Las autoridades sanitarias y de salud recomiendan cortar los cubrebocas en trozos para evitar que alguien más los utilice y pueda provocar una propagación del virus. También ha sido reiterativa la recomendación de depositarlos en bolsas que estén identificadas para que el personal de recolección de basura extreme precauciones en su manejo.