María Muñoz perdió a su hijo de tan solo 19 años, él fue atropellado en su bicicleta cuando se dirigía a trabajar, se trata de Raúl Martínez Muñoz, a quien su madre describió como un joven feliz y lleno de vida, ella no imaginó que tan solo horas después de a verse despedido de su hijo, respondería la peor llamada que una madre puede recibir.
A doce años de su partida, María acudió como cada año en estas fechas a visitar y arreglar su tumba en el panteón de la cruz, en ella resalto una fotografía cuando Raúl egreso de la preparatoria.
María dice no guardar coraje a la persona que le ocasiono la muerte, pues el rencor no le devolverá a su hijo; ella, cree en la "justicia divina" y en que tarde que temprano, lo bueno y malo que se hace en esta vida sera juzgado allá arriba.