Entre las personas que este lunes primero de enero visitaron el panteón de Las Flores, se encontraba María Monserrat, una mujer salmantina que pasó 23 años viviendo en el extranjero y que al regresar a su tierra natal acostumbra visitar la tumba de sus padres y de su hijo.
María Montserrat considera que el lazo de sangre y el lazo de amor que une a la gente con sus seres queridos no se rompe con la muerte y las visitas al panteón deben ser durante todo el año y no solo en las festividades de Día de Muertos.
A la mujer que estuvo fuera de su país por más de 2 décadas la mueve el sentimiento para ir a visitar a sus seres queridos que descansan en el cementerio, porque dejaron de estar en el plano terrenal, pero continúan vivos en su corazón.