No dormir bien podría traer consigo consecuencias graves para la salud física y mental, ya que durante el periodo de sueño y descanso el cuerpo tiene la oportunidad de recuperarse y repararse, durante el sueño profundo, se liberan hormonas de crecimiento que son fundamentales para la reparación de tejidos y el crecimiento muscular, además, el cuerpo libera células que ayudan a combatir las infecciones y las enfermedades, algo que se interrumpe si la persona no duerme lo suficiente.
Algunas de las consecuencias si no dormimos bien es la fatiga crónica, siendo la más grave de ellas, pudiéndose prolongar durante meses o años, generando sensaciones de agotamiento físico y mental; asimismo la pérdida de habilidades cognitivas, que se puede ver en la falta de concentración, pérdida de memoria a corto plazo, y el desarrollo de enfermedades como el alzheimer; de la misma manera afecta la recuperación, reparación y regeneración muscular, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y debilita el sistema inmunológico al interrumpirse la liberación de las células que ayudan a combatir las infecciones y enfermedades; además puede contribuir al envejecimiento prematuro por la interrupción en la producción de hormonas, colágeno y reparación celular, dando pie a formación de arrugas, pérdida de elasticidad y formación de manchas.
En cuanto a la salud mental, la falta de sueño puede traer afecciones como trastornos en el estado de ánimo, aumenta la irritabilidad, y desarrolla problemas de depresión y ansiedad, especialmente por la alteración del equilibrio químico del cerebro.
Para evitar estos problemas, se recomienda seguir hábitos regulares de sueño, como mantener un horario consistente para acostarse y levantarse, crear un ambiente propicio para dormir, limitar la cafeína y la exposición a pantallas antes de dormir, y practicar técnicas de relajación para ayudar a conciliar el sueño.