En medio de una transformación tecnológica sin precedentes, la fuerza laboral enfrenta sentimientos de temor y agobio ante la velocidad de los cambios digitales. De acuerdo con un reporte de Deloitte, más del 60% de los trabajadores a nivel global perciben que el ritmo de innovación tecnológica en sus empresas supera su capacidad de adaptación, lo que incrementa el estrés y la incertidumbre laboral.
Esta situación no solo se debe al avance de tecnologías como la inteligencia artificial, automatización y análisis de datos, sino también a la falta de capacitación adecuada y apoyo emocional en los entornos laborales. Los expertos advierten que, si las empresas no acompañan a sus empleados en este proceso de transformación, podrían enfrentar mayores niveles de rotación y pérdida de talento clave.
Ante este panorama, se hace indispensable que las organizaciones inviertan en programas de reskilling (recapacitación) y en estrategias de bienestar que reduzcan la ansiedad y promuevan la resiliencia. El reto no es detener la innovación, sino humanizarla, asegurándose de que cada persona tenga las herramientas necesarias para enfrentar el futuro del trabajo con confianza.