Luego de haber resentido durante algunos meses del 2020 pérdidas del 98% de los recursos que se generan de las limosnas de los fieles, la Iglesia Católica desde la Conferencia del Episcopado Mexicano tiene el reto para este 2021 de continuar haciendo frente a un escenario de pandemia sin suspender la ayuda espiritual y social que brinda a la feligresía.
Durante los meses que permanecieron cerrados los templos y catedrales del país, el mensaje del secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), monseñor Alfonso Miranda Guardiola, hizo alusión a que "La Iglesia no fue constituida como una institución rica, de manera que ahora, con la pandemia, de algún modo la Iglesia actuará desde su pobreza para continuar ayudando a los pobres y hacer que mantengan viva la esperanza"...
Cabe recordar que de marzo a julio del 2020 se vieron suspendidas misas y actividades religiosas en 7,500 templos y 98 catedrales en el país, recintos donde se recopilan recursos para 14,000 sacerdotes diocesanos, 3,000 sacerdotes religiosos y 135 obispos.
Aunque no se tienen cuantificadas las pérdidas económicas, la falta de recursos para la Conferencia de Episcopado Mexicano afectó en actividades que realizan en 120 albergues para migrantes, comedores populares, dispensarios médicos, orfanatos, centros de derechos humanos y centro de atención a víctimas de violencia.