Los pocos productores de ladrillo que se mantienen vigentes en Salamanca consideran que no es conveniente trasladarse al Parque Ladrillero, actualmente operan alrededor de 5 hornos en Salamanca y en el mejor de los casos queman una vez al mes para producir alrededor de 20 mil piezas, para los ladrillero ir a trabajar en un lugar retirado, con poca agua y donde requieren leña para quemar, representa el "último clavo" en el ataúd de una actividad que está muy decaída.
"No dejan trabajar a uno a gusto, es que no nos quieren dar el permiso de uso de suelo, la licencia para el funcionamiento del horno, pero si ellos mismos no quieren darla, como le hacemos nosotros para conseguirla y luego las multas llegan y pues no, hace como un mes me llegó de 1,800 (...) Ya nos deberían dejar trabajar a gusto"...
Jaime Gutiérrez, tiene 50 años trabajando en la elaboración de ladrillo y pide al gobierno que no aplique más multas, pide que se les facilite el trámite para el uso de suelo y la licencia para el funcionamiento de sus hornos, este productor de ladrillo considera que trasladarse al Parque Ladrillero sería como condenarse a dejar de trabajar, porque no se generarían utilidades.