El alcalde de Salamanca, César Prieto, aseguró que no existe una crisis de seguridad en el municipio, aunque reconoció que los recientes homicidios registrados en la ciudad son una alarma para las autoridades y la población. El edil morenista enfatizó que, a pesar de los esfuerzos de su gobierno en materia de seguridad, la situación ha empeorado debido a la creciente violencia derivada de la disputa entre grupos delictivos tanto en el estado como en Salamanca.
Sin embargo dijo seguirá trabajando de la mano con las autoridades estatales y federales, pero es importante que la población también tome conciencia de que si no hace lo correcto, todos estarán en riesgo. Destacó que la inseguridad y el aumento de los homicidios están relacionados principalmente con la confrontación de grupos criminales que buscan controlar territorios en el estado, lo que ha desencadenado un repunte en los actos de violencia.
A pesar de la complejidad de la situación, el alcalde reiteró su compromiso de seguir implementando acciones para mejorar la seguridad, pero subrayó que la cooperación de la ciudadanía es esencial para lograr resultados positivos y garantizar la tranquilidad de todos los habitantes del municipio.
Desde 1982, los tradicionales raspados de la calle Árbol Grande han sido parte de la vida cotidiana en Salamanca. De lunes a viernes, a las afueras de una primaria, este negocio familiar ha endulzado generaciones con su inconfundible hielo raspado y jarabes caseros.
Entre los sabores más populares destacan la uva, el cappuccino, la piña y el tamarindo, aunque la variedad es amplia y siempre hay una opción para todos los gustos. Niños y adultos disfrutan de este refrescante antojo, convirtiéndolo en una tradición local que ha perdurado por más de cuatro décadas.
En cada vaso, no solo hay un sabor, sino un recuerdo de infancia y una pausa refrescante en el día. Porque hay placeres que nunca pasan de moda? y los raspados siempre serán ese gusto culposo que vale la pena disfrutar.
En la era digital, los videojuegos se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares. Sin embargo, su diseño altamente atractivo y su accesibilidad han generado preocupación por su potencial adictivo.
Según estudios, los videojuegos más adictivos suelen ser aquellos que ofrecen recompensas constantes, desafíos progresivos y modos multijugador en línea. Entre los más consumidos destacan títulos como Fortnite, League of Legends, Call of Duty y World of Warcraft. Estos juegos suelen incluir mecánicas como logros, microtransacciones y la posibilidad de competir con otros jugadores, lo que motiva a los usuarios a seguir jugando por horas.
Para algunos jugadores, la inmersión en estos mundos virtuales puede generar desconexión de la vida cotidiana, afectando sus relaciones sociales y su rendimiento académico o laboral. En casos extremos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el "trastorno por uso de videojuegos" como una condición de salud mental cuando el juego interfiere significativamente en la vida del individuo.
A pesar de estos riesgos, los expertos recomiendan un consumo responsable. Establecer horarios de juego, priorizar actividades físicas y sociales, y mantener una supervisión en el caso de menores de edad son medidas clave. Además, desarrollar una relación equilibrada con los videojuegos puede potenciar habilidades cognitivas, estratégicas y sociales sin caer en la adicción.