La planta tratadora de aguas residuales que opera el Comité Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Salamanca (CMAPAS), fue construida entre 2011 y 2013, actualmente no funciona al 100% de su capacidad. A pesar de esto, los usuarios continúan pagando un porcentaje mensual por saneamiento en sus recibos de cobro, lo que genera anualmente un aproximado de 18 millones de pesos.
De esta recaudación, más de 10 millones se destinan al mantenimiento y correcto funcionamiento de la planta, mientras que el resto genera un remanente. El CMAPAS ha anunciado que se requieren entre 40 y 50 millones de pesos para habilitar un cárcamo que permita el pre-tratamiento adecuado del agua.
Esta planta está diseñada para llevar a cabo un tratamiento de aguas residuales en tres etapas: pretratamiento, tratamiento primario y tratamiento secundario, cuyo objetivo es eliminar contaminantes físicos, químicos y biológicos.
Construir un nuevo cárcamo es un paso fundamental para garantizar un proceso eficiente y sostenible en el tratamiento de aguas residuales en la localidad.