La Escuela de Técnicos Instrumentistas, fundada hace más de 55 años, cerró sus puertas debido a la falta de apoyo del estado. Esta institución, que formó a numerosas generaciones de profesionales en Salamanca, ha caído en el olvido y el abandono.
Ubicado en la calle San Antonio, el edificio que alguna vez fue el orgullo de la comunidad educativa ahora muestra claros signos de deterioro. Grafitis adornan sus paredes, los cristales rotos son evidencia del descuido, y el interior se ha convertido en un foco de infección y un tiradero de basura.
La última generación de egresados, en junio de 2020, graduó a 20 técnicos titulados. A pesar de los esfuerzos por mantener la institución funcionando, la falta de recursos y apoyo llevó al cierre definitivo. Desde entonces, el edificio ha estado cerrado por más de cuatro años, tiempo durante el cual ha sido víctima del vandalismo. Vecinos reportan robos de cableado y material didáctico, además del abandono de animales dentro de sus instalaciones.
La escuela fue reconocida por preparar trabajadores certificados que hoy laboran en todo el mundo. Sin embargo, la falta de mantenimiento y apoyo gubernamental ha truncado su legado educativo, dejando a la comunidad sin una importante fuente de formación profesional.
Salmantinos lamentan la pérdida de esta histórica institución, cuyos días de gloria han dado paso a un triste recordatorio de lo que una vez fue.