En el corazón de Salamanca existe una tradición que ha sido testigo de generaciones: los aseadores de calzado. Estos personajes emblemáticos, han sido parte del paisaje del jardín principal por varias décadas, ofreciendo un brillo especial a los zapatos
Martín Zúñiga Alfaro, lleva más de 49 años en el oficio, inició a los 12 años cuando acompañaba a su papá saliendo de la escuela, fue así como empezó a trabajar. Martín menciona que ya hay pocos compañeros laborando, ya que cada vez es menos la gente que visita el jardín. Los días de mayor actividad son los fines de semana, ya que un sector de la población visita los templos y aprovechan para sacar el brillo a sus zapatos.
También menciona, que, en temporada de lluvias, en promedio realiza de 2 a 4 trabajos en un lapso de 6 horas, esto porque la gente evita salir de sus hogares. Desde la pandemia no se han podido componer el flujo de trabajo. En la actualidad, entre semana solo se puede apreciar a 4 aseadores en la zona, siendo Martín y su hijo 2 de ellos.