Sanjuana Hernández, es hija de Lucero Camarillo, una comerciante que por años se instaló justo en el jardín principal donde ofrecía sus gorditas de nata.
Tras la muerte de Doña Lucero, a consecuencia de un choque séptico
Sanjuana, decidió continuar con la venta con la intención de ayudar a su padre, que por el tema de la pandemia y al ser de la tercera edad debe cuidarse y mantenerse en casa.
Sanjuana, reveló que la pandemia por el coronavirus, y la cuarentena que se vive actualmente afectó en gran medida sus ingresos, proveniente de Celaya decidió apoyar a su papá en este negocio que la familia fundó desde hace algunos años
Señaló que en medio de la pérdida de su mamá, decidió salir adelante, aunque actualmente existe una incertidumbre, pues tras el cierre del jardín principal todos los comerciantes fueron reubicados, por lo que actualmente desconocen cuándo podrán regresar a su lugar fijo.