Las autoridades mantienen en el olvido y en el abandono el socavón del cerro de La Cruz donde la empresa Químicos y Derivados de Salamanca (QUIDESA) depositó más de 40 mil toneladas de residuos tóxicos. A pesar de ser una de las zonas más enfermas del país se permite que la gente siga edificando viviendas en predios aledaños.
Dolor de cabeza, ardor de garganta y ojos, nauseas, sangrado por boca y nariz, son algunas de las afectaciones que han padecido las personas que han respirado las emanaciones contaminantes del tiradero tóxico, sin embargo, actualmente la gente que vive en los alrededores denota temor y no quiere hablar del tema.
Este problema de contaminación tiene más de 3 decádas y en el año 1991, un estudiante de secundaria que ignoraba el peligro que hay en esa zona, se adentró y murió entre los lodos tóxicos.
En el 2014 se realizaron labores para empezar a sacar los desechos contaminantes del cerro de La Cruz, pero solo se retiró una mínima cantidad de residuos y las labores fueron suspendidas, han transcurrido 8 años desde entonces y no se ha hecho absolutamente nada para gestionar el saneamiento del lugar, el actual Gobierno Municipal ya rebasó los 100 días en funciones y no ha hecho ningún pronunciamiento al respecto.