Cada año, se diagnostican en el mundo unos tres millones de casos de cáncer de piel. Y la única manera eficaz que realmente tenemos de evitar los efectos dañinos del sol es utilizar protectores solares.
A pesar de que el sol aporta diferentes beneficios a nuestra salud, como el desarrollo de la vitamina D, la cual ayuda al cuerpo a absorber el calcio (uno de los minerales imprescindibles para la formación normal de los huesos), o la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar.
También tiene una cara B: insolaciones, quemaduras, manchas, arrugas prematuras, lunares, alteraciones del sistema inmunitario, afecciones oculares e incluso cáncer de piel.
El sol emite diferentes tipos de radiaciones, entre las que destacan los rayos solares llamados UVA y UVB (conocidos comúnmente como rayos ultravioleta). Los rayos UVB Son aquellos que inciden directamente en nuestra epidermis, la capa más superficial de la piel. Aunque son los de mayor energía, penetran poco en la piel y son los responsables de que se active la melanina y nos bronceemos, pero también son los causantes del enrojecimiento, las quemaduras, así como de posibles alergias e incluso cáncer de piel.
Rayos UVA penetran en las partes más profundas de la piel y el efecto que nos provocan es más a largo plazo, además de envejecimiento y la aparición de manchas son los responsables de las arrugas.
Lo recomendable también es saber cuánto protector solar usar, para la piel del rostro, la cantidad adecuada son dos líneas extendidas en dos dedos.
En cuanto al cuerpo, dos miligramos de crema solar por centímetro cuadrado del cuerpo cada vez que nos expongamos al sol, es decir, lo que equivaldría a llenar la mano de crema en cada aplicación. Además, lo aconsejable es aplicarla 30 minutos antes de exponernos al sol.
¿Qué color de piel resiste más el sol?
Las personas con piel naturalmente más oscura tiene menor probabilidad de quemarse por el sol, mientras que las personas con piel más clara tiene una mayor probabilidad de quemarse.
Lo mejor es evitar desarrollar actividades al aire libre entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, que es el intervalo de horas donde se registran los mayores niveles de radiación ultravioleta
El tiempo aconsejado para tomar el sol es de 10 a 20 minutos en verano y 1 hora y media en invierno. Bastan 30 minutos de exposición sin protector solar para quemarnos.
Para evitar daños a la salud, es sumamente importante conocer la intensidad de la radiación solar, el tipo de piel y los daños que provoca, los cuales se pueden consultar en la página de internet del El Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) donde se monitorea los niveles de radiación solar ultravioleta y los difunde cada hora como un índice de radiación solar UV (Índice UV o IUV), el cual utiliza las recomendaciones establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).