Vivir en el municipio de Celaya, es lo mas parecido a estar cerca del infierno. Los celayenses, han tenido que acostumbrarse a vivir sumidos entre sonidos des sirenas, disparos y explosiones.
Luego del ataque registrado contra elementos de la Guardia Nacional con un coche, los habitantes de la comunidad de Sauz de Villaseñor, prefirieron cerrar puertas y ventanas, ante el temor de ser víctimas de represalias, sino era para lo indispensable, mejor no salir.
La soledad de las viviendas, sonido de los autos por la carretera y el olor a quemado, son los únicos elementos que resaltan. Platicamos con algunos habitantes, quienes con temor, aceptaron platicar con el equipo de Meganoticias Salamanca, respecto a este hecho que les robó la poca calma que le quedaba.
Narran que la explosión fue solo el principio del terror, pues después del estallido, más replicas lograron escucharse, acompañadas de balazos y gritos de los policías heridos. Sangre, fuego, llanto y las frecuencias de los radios, fueron los principales protagonistas.
Durante el recorrido, logramos percatarnos del temor que impera en la zona, considerada como una de las mas peligrosas por el dominio de uno de los carteles, por lo que los habitantes, persignándose y volteando de reojo al lugar de la explosión, salían tratando de no ser vistos.
Restos del vehículo, vidrios rotos, cinta amarilla, equipo táctico y restos de los uniformes, quedaron en la escena del crimen, como secuelas de que lo que pasó, mientras que brillaba la ausencia de las fuerzas del orden.
En Celaya, la seguridad no existe ni para ciudadanos, ni policías, los celayenses, solo piden tregua, ya que la paz, se ve lejana.