En el mercado Tomasa Esteves, se encuentra un pequeño pasillo lleno de color, con un toque parecido al pueblo mágico de Pátzcuaro, Michoacán.
Ahí se puede encontrar ollas, platos y tazas de barro, artesanías, madera, canastas de mimbre y carrizo. El olor a mole y la venta de semillas y legumbres no pueden faltar, junto a los saludos de quienes atienden estos comercios, ofreciendo sus mejores precios y artículos.
Este es el pequeño lugar de Salamanca, un tradicional pasillo en medio del mercado más grande de este municipio y el más antiguo, ahí platicamos con MA. Esther Rico García con más de 40 años de ser locataria, con su familia logró sacar adelante este local heredado por su suegra.
No hay necesidad de viajar por horas para poder encontrar una artesanía, Salamanca cuenta con un sin número de lugares, llenos de color e historias, las cuales vale la pena conocer.
Esther y su sonrisa característica, en su pequeño local que todos los días abre a las 7 de la mañana, es un pequeño rincón de la historia de esta tierra salmantina.