Maura Vázquez Figueroa, activista que durante mucho tiempo ha exigido justicia ambiental para Salamanca, señaló que la nube amarilla que la mañana del jueves emanó de la Refinería Ingeniero Antonio M. Amor, se suma al descontrol ocurrido en la planta Catalítica el pasado 6 de junio, así como a la serie de incidentes que en los últimos años han generado incertidumbre y que afectan la salud de los salmantinos, aseguró que dichas eventualidades dejan al descubierto que urge la reconfiguración de RIAMA.
La ambientalista, dijo que con las emanaciones de RIAMA presumiblemente se libera a la atmósfera Dióxido de Azufre, lo que a la larga resulta sumamente dañino para la salud de la población, en ese sentido, lamentó que la propia ciudadanía permanezca impávida y no levante la voz para exigir que el gobierno federal le inyecte recursos a Petróleos Mexicanos y específicamente a RIAMA.
Maura Vázquez Figueroa, dijo que no se puede ir en contra de la actividad industrial, pero sí se debe exigir que empresas como RIAMA que generan una importante derrama económica, perfeccionen y modernicen sus procesos para cumplir con la normatividad ambiental.