La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), a través de las Jurisdicciones Sanitarias, ha alertado sobre el riesgo de vapeadores.
Estos productos se promueven como alternativas para dejar de fumar, pero su eficacia no ha sido comprobada para estos fines y disminuye la capacidad de respuesta inmunológica a las infecciones respiratorias.
Existen tres categorías de productos de tabaco novedosos y emergentes: (I) Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), (II) Sistemas Similares sin Nicotina (SSSN), (III) Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (SACN). Los dos primeros son conocidos como cigarros electrónicos (E-cig), vapeadores o vaporizadores: los terceros como productos de tabaco calentado (PTC), pero dañinos para la salud, por sus compuestos carcinógenos, sustancias tóxicas y emisiones en forma de aerosol y contienen niveles importantes de metales como cadmio, níquel, plomo, entre otros, los cuales representan un riesgo para la salud.
Autoridades Sanitarias advierten de los riesgos derivados de las altas concentraciones de nicotina utilizados en los productos, ya que un cartucho que contiene un 5% de sal de nicotina es equivalente de uno a tres paquetes de cigarrillos y ninguno de estos productos cuenta con la autorización sanitaria de Cofepris ni de Secretaría de Salud.
Los tres principales daños a la salud que deja el uso de cigarrillos electrónicos: Daños respiratorios por la inflamación del tejido pulmonar (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma y cáncer).
? Daños cardiovasculares por los cambios en la circulación sanguínea (arterioesclerosis, infartos al corazón). ? Daños mutagénicos que aumentan el riesgo de cáncer y alteraciones a nivel reproductivo (disfunción eréctil, abortos).