La ola de violencia e inseguridad que desde hace algunos años vive Salamanca es un fenómeno social que tiene un alto impacto en la ciudadanía; los casos de pacientes para recibir atención psicológica han incrementado hasta en un 100%, esto según psicólogos de la localidad.
El presenciar experiencias de riesgo han ocasionado que la gente modifique su ritmo de vida, que escuelas cambien sus horarios, que familias enteras no salgan por miedo, se han desarrollado estrategias de acompañamiento como medidas para no ser vulnerables a la inseguridad, ha incrementado el estrés, las sensaciones de malestar, la angustia, la ansiedad, los ataques de pánico y el insomnio.
Además se han detectado altos consumos de medicación, como tranquilizantes para paliar las necesidades, también el incremento de consumo de sustancias como alcohol y cigarro, por mencionar algunas.
La situación en términos de salud mental es precaria, públicamente no está siendo tratado; se hace la recomendación a los ciudadanos que hayan estado cerca de un hecho violento de asistir a centros de atención psicológica.