2 administraciones federales y 3 estatales tuvieron que pasar, para que, en los mandatos de Andrés Manuel López Obrador y Salomón Jara, se pueda concluir una de las obras de infraestructura carretera más importantes del estado de Oaxaca, no solo por su conectividad, sino por la apertura económica.
La autopista Barranca Larga-Ventanilla tiene sus inicios en la administración estatal de Ulises Ruiz Ortiz, respaldada por el entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, marcado como año oficial de inicio de obra el 2009, para pasar por periodos de abandono.
El costo final de esta obra fue de 13 mil 182 millones de pesos, cuando se tenía previsto por parte del Fondo Nacional de Infraestructura, una inversión de 5 mil 329 millones de pesos en el 2012, aumentando su costo final un 250%, cerca de 8 mil millones de pesos, al ser retomada de nueva cuenta por gobiernos federales.
La obra tiene una longitud de 104.3 kilómetros, pasando por 3 túneles, 3 viaductos y 10 puentes, reduciendo el trayecto de Oaxaca capital a Puerto Escondido en 4 horas y 100 kilómetros menos de trayecto, pasando de 6.5 a 2.5 horas.
9 años de retrasos registró esta autopista de Oaxaca, la cual quedó inaugurada el 4 de febrero del 2024, en medio de conflictos sociales, como los generados en la zona de Coatlán, que ha protestado constantemente esta autopista desde su etapa de construcción, pero también una interacción directa de 11 comunidades y 100 mil habitantes, que esperan cumplimiento a sus demandas, para permitir el funcionamiento de esta obra.
El próximo compromiso será la carretera Mitla-Tehuantepec, propuesta la inauguración el 31 de agosto.