Uno de los proyectos más ambiciosos de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, será entregado a la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), en coordinación con los gobiernos de Chiapas, Tabasco, Veracruz y Oaxaca. "Se va a escriturar a la Semar y a los cuatro estados, con un plan para que las utilidades sean en beneficio de los trabajadores de la secretaría y de los gobiernos de las entidades, es la manera que encontramos para evitar su privatización", expresó. López Obrador tiene en la mira la Costa Oeste de Estados Unidos para detonar el proyecto del Corredor del Istmo, pues considera que transportar mercancías por la vía marítima será mucho más rentable. Se trata de uno de los proyectos de desarrollo con mayor antigüedad en el país, cuya construcción data de mediados del Siglo XIX, que diversas administraciones han retomado y luego abandonado; por ello, López Obrador le puso un plazo fatal a su terminación: fines de 2023. Las obras de la vía férrea en el Istmo iniciaron en 1859, bajo la gestión de la empresa Louisiana de Tehuantepec, con enormes atrasos y traspasos de concesión hacia cinco compañías diferentes, se inauguraron en 1894. La deficiente construcción y la carencia de terminales portuarias e instalaciones para el movimiento de carga y pasajeros, provocó que en 1899 se contratara a la compañía Pearson and Sons de Londres, para la remodelación de la vía férrea que fue reinaugurada en 1907. López Obrador relató que durante el gobierno de Porfirio Díaz se desarrollaron los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, por lo que el plan va acompañado de la reparación del ferrocarril de Palenque a Coatzacoalcos y la extensión del ferrocarril de Ixtepec, Oaxaca a Tapachula, Chiapas.