El cronista de Oaxaca, Jorge Bueno Sánchez, aseguró que no solamente los oaxaqueños hacen de esta fecha una fiesta, sino también logran un reencuentro con un pasado, con sus fieles difuntos.
"En Oaxaca se enriquece por las costumbres que existía de esa cultura milenaria, más la parte española nos da como consecuencia que hagamos un festejo de lo que es Todos Santos y fieles difuntos, es una reunión de elementos que en la comida se funden".
Señaló que la cultura mesoamericana se enriqueció en ese periodo, cuando el cristianismo le dio lo que es el sincretismo, la parte religiosa, en donde se hablaba del más allá, de los santos, el limbo, la muerte, un paraíso, de una existencia y del inframundo.
"La costumbre, algunos podrán negarlo, pero es prehispánica en lo que es Mesoamérica y significa, definitivamente, un proceso en el cual estuvimos inmersos por muchos años, por miles de años quizá, la cultura milenaria es zapoteca y siempre se tuvo la idea del más allá, de los muertos, de reposo, lugares como Mitla, que son lugares de descanso, el Mictlán".
Bueno Sánchez, dijo, que de esta tradición se tomó conciencia a partir del siglo XX cuando se acentuó más que nada el reconocimiento que se tenía de las costumbres de los pueblos.
Agregó que a partir de que se prohibieron los entierros en los atrios, en lo que eran los camposantos de los templos, se recurrió a un panteón general o municipal, donde se asiste con la idea de la religiosidad, las imágenes de los santos, de los patrones y lo que significa la caracterización.