El colapso del sistema de drenaje de la ciudad de Juchitán lleva más de una década de haberse presentado, al día de hoy el problema se ha ido agudizando a pesar de las fuertes cantidades de recursos públicos que los diferentes niveles de gobierno han destinado para atender esta problemática.
Uno de los factores que provocaron la fuga de las aguas residuales fue el término de la vida útil de la red, ya que se construyó desde el año 1989, aunado a que la capacidad de hace más de tres décadas era para una población mucho menor a la que se tiene actualmente, y es que en esta ciudad se tenían únicamente 9 Secciones, pero actualmente se estima que se tienen más 120 colonias con una población aproximada de 100 mil habitantes en todo el municipio.
El derrame de estos desechos se presentó primero en las partes bajas de la ciudad, sin embargo la problemática alcanzó ya a cientos de ciudadanos de la zona sur.
En lo últimos dos años se han invertido más de 36 millones 567 mil pesos procedentes del Fondo III Ramo 33, del Ramo General 23 y de los Ingresos Fiscales, logrando hasta el momento rehabilitar un total de 3 mil 798 metros lineales de tubería del drenaje, distribuidos en los puntos más críticos de la ciudad.
Estos proyectos han estado adjudicados a por lo menos a 20 empresas tanto de la región, como de otros estados del país, quienes han estado a cargo de estas obras en el municipio Juchiteco.
Las protestas van en aumento por la afectación que les generan los malos olores a los vecinos, quienes han tenido que tomar medidas como el bloqueo a las calles para llamar la atención de las autoridades.
Las autoridades sanitarias señalan que han hecho los exhortos a la autoridad municipal para que atienda este problema ya que estas aguas contaminadas pueden provocar enfermedades a la población.
De acuerdo a los estudios hechos, por la densidad demográfica de la ciudad, se requiere de la construcción de un nuevo colector que se ubique de manera paralelo al canal de riego en la zona oriente, además de una planta de tratamientos de aguas residuales en la Octava Sección, para que de esta manera no se sobresaturen las líneas y se pueda tener un desfogue adecuado de las aguas negras.