El oro rojo prehispánico en manos de artistas oaxaqueños

La grana cochinilla, un pequeño insecto parasitario que vive en las pencas de los nopales, ha sido un elemento característico e importante desde tiempos prehispánicos, principalmente como tinte textil, dando prestigio y distinción a la nobleza y al clérigo.

El color rojo natural o carmesí también ha sido utilizando en el arte desde el siglo XVI, pero actualmente pocos son los que siguen aplicando sus técnicas y conocimientos a este colorante natural, dando como resultado obras únicas.

Alejandro Martínez es un artista plástico oaxaqueño con una característica particular, tanto en la técnica que emplea para la manipulación de la grana, como la colocación de sus elementos, esto debido a su perfil profesional como diseñador gráfico, pero no siempre fue así, ya que en un inicio fue uno de sus principales obstáculos.

"Había maestros que nos decían, si tú eres diseñador no puedes ser artista como una regla principal, el artista se complace a si mismo me decían y el diseñador complace a las masas, complace a un público determinado, yo trate de conjugar esas dos partes porque para mí eran importantes, complacerme yo, en un trabajo futuro y a la vez complacer a mucha gente que le gustara lo que yo hacía"

Fue esa determinación de no dejarse influir para abandonar una de sus dos pasiones, que le permitió conjuntar lo mejor de ambas disciplinas para ser expuestas en sus pinturas, que ya por si solas con su elemento principal, la cochinilla, se convierten en piezas únicas, estas tienen un valor agregado, sus conocimientos en el diseño gráfico.

Alejandro es considerado un artista plástico capaz de transmitir emociones y sentimientos a partir de la grana cochinilla, misma que se ha convertido en uno de sus sellos característicos, sin embargo, para llegar a este punto, tuvieron que pasar varios años de experimentación para conocer las resistencia, durabilidad y respuesta a otros elementos.

"Después de 5 años, yo estuve practicando prueba y error, toda la resistencia que tenía el tinte, la calidad del papel, el nivel de ácido carmínico de la grana, investigación, investigación sobre los procesos alquimistas que podía yo ir haciendo, los cambios que se podían ir alterando y eso me permitió ir trabajando como un loco en mi taller, pintando y pintando, así como esta toda la pared, estaba colocado tomo mi taller con diferentes piezas que estaba yo pintando"

Su conocimiento en la materia, lo ha posicionado como un referente internacional en el uso de grana cochinilla como elemento artístico, con una trayectoria de más de 50 exposiciones individuales en países como México, Estados Unidos, España, Japón, Alemania e Italia.