En el Istmo de Tehuantepec, una de las regiones de Oaxaca, el pan de muertos, es una delicia que tiene sus raíces en la antigua civilización zapoteca, esta tradición es la manera en que los pueblos indígenas rinden homenaje a sus seres queridos fallecidos.
Uno de los ingredientes fundamentales es una figurilla que representa al ser querido fallecido que se está honrando, la cual es una característica distintiva del pan de muertos del Istmo.
El pan de muertos se coloca en los altares, pues se cree que el aroma del pan atrae a las almas de regreso a la tierra para disfrutar de su comida favorita. Esta celebración es una manifestación de la profunda espiritualidad y respeto que los oaxaqueños tienen por sus antepasados, es una expresión de la herencia cultural de la región, esta deliciosa creación une a las personas en un homenaje a la memoria y al amor.
La tradición del pan de muertos es un ejemplo de cómo la gastronomía puede ser un puente entre el pasado y el presente, celebrando la vida y recordando a los seres queridos que han partido.