Pese a la ampliación del semáforo rojo por dos semanas más, comerciantes se rehúsan a bajar sus cortinas, en nombre de su estabilidad económica. Establecimientos no esenciales permanecen abiertos, pasando por alto las indicaciones del Ayuntamiento comunicadas ayer por la noche por medio de una rueda de prensa. Quienes laboran en este sector de la economía argumentan sus razones y necesidades por resistir pese a la pandemia. "Económicamente, tenemos que sacar lo de la renta, una, la otra es que las ventas están muy bajas y apenas sales, y el dueño del local no te quiere perdonar ni el 50% de la renta, entonces nos vemos forzados y una de dos o cierras definitivo o te mantienes, así como estamos ahorita", expresó Regino López Mateos, quien se dedica a la venta de ropa. Son muchas las personas que dependen del comercio, por ello el cierre total que exige el semáforo en rojo de un municipio podría ponerlos a salvo a nivel salud, pero no económicamente, sobre todo después de año y medio de bajas ventas. "La gente tiene miedo, no mucha gente baja al centro y por lo tanto no están tan altas las ventas y por lo tanto si se ha visto un cambio (el cierre) afectaría mucho a la economía tanto mía como de mis compañeros empleados...no podríamos llevar el sustento a nuestras casas" comentó Daniel de la Cruz, quien labora para un establecimiento no esencial. Los comerciantes sostienen que cuentan con las medidas para efectuar ventas seguras y advirtieron que se sumarían a la aplicación de medidas propias del semáforo rojo, siempre y cuando sea igualitario para todos.