En los últimos años, Oaxaca ha experimentado un proceso acelerado de gentrificación, transformando barrios tradicionales en zonas de alto costo de vida y desplazando a sus habitantes originales.
Según el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública del Congreso de Oaxaca, la residencia de extranjeros en el estado creció un 403% en las últimas dos décadas, alcanzando 22,659 inmigrantes hasta 2022.
Barrios como Xochimilco y Jalatlaco, antes accesibles, ahora enfrentan rentas que superan los 35,000 pesos mensuales, cuando anteriormente rondaban los 5,000 pesos. Este incremento ha llevado al desplazamiento de residentes locales y a la transformación de viviendas en negocios turísticos.
La ausencia de regulaciones sobre plataformas de hospedaje como Airbnb ha contribuido al fenómeno, con más de 8,000 alquileres registrados en la ciudad. Esto ha facilitado el desplazamiento de inquilinos locales y ha alterado la dinámica social de los barrios tradicionales. Para frenar los efectos de la gentrificación, la diputada Cony Rueda presentó una iniciativa para modificar la Ley de Hacienda Municipal y establecer un pago adicional del 80% sobre el impuesto de adquisición de inmuebles cuando el comprador sea extranjero. Así como también existe la reforma a la Ley de Turismo que LXV Legislatura del estado aprobó en noviembre de 2024, esta modificación busca prevenir el desplazamiento de comunidades locales mediante la regulación de plataformas digitales de hospedaje
En respuesta a la creciente gentrificación en Oaxaca, organizaciones y activistas han alzado la voz contra la gentrificación, destacando la pérdida de identidad cultural y el acceso limitado a servicios básicos.