En el mes de julio de cada año la ciudad de Oaxaca se convierte en el escenario de la celebración cultural más importantes para los oaxaqueños, la fiesta de los Lunes del Cerro.
La Guelaguetza, es un icono a nivel internacional, una muestra de hermandad, tradiciones, costumbres y bailes, que la catapultan como una de las zonas con mayor riqueza y diversidad cultural del país y de otras nacionalidades; pero ¿Cuál es el origen de esta celebración?
El término Guelaguetza, se deriva del vocablo zapoteco Guendalezaa que significa "Ofrenda, presente o cumplimiento", una acción que caracterizas a las culturas de Oaxaca; fue en 1932, siendo Gobernador Francisco López Cortés, que se consolido la primera la primera Guelaguetza, esto en el marco de los 400 años de que la capital del estado celebraba su elevación al rango de Ciudad, pero también luego de un devastador sismo de 7.8 grados en escala de Richter que sacudió al estado el 7 de enero de 1931.
El Evento Racial tubo el objetivo de rendir homenaje a la anterior Villa de Antequera (la capital) y le trajeron ofrendas, presentes, dádivas o regalos.
Con el paso de los años, este evento fue evolucionando, pasando de ofendas a bailes, a ejemplificaciones de su cultura, al realce de sus vestimentas y definir los sones que hoy marcan a sus delegaciones, como la flor de piña, las chilenas, la sandunga, entre otras.
Hoy en día, este evento de hermandad y de unión entre culturas, ha puesto a Oaxaca en ojo del turismo internacional, que día con día, atrae a más personas para disfrutar de sus lunes del cerro, llegando incluso a complicarse obtener un lugar en el escenario de la rotonda de las azucenas, siendo ocupados por personajes distinguidos y turistas, más allá de la oportunidad al pueblo.
Con el fin de cubrir la demanda, el evento sea extendido por 15 o 20 días con distintos eventos culturales, tan solo en este 2023, se registró una afluencia de 115 mil turistas y una derrama de 435 millones de pesos.
Aunque es dividida la opinión con respecto al apego de los principios de esta celebración, la realidad es que sigue posicionándose ante el mundo, como un distintivo de Oaxaca, como su organizadora lo proyectaban.