Son las voces de quienes en recientes fechas han sido víctimas de los incendios forestales, para intentar salvar las hectáreas de tierra que por años han cuidado muchos de ellos han tenido que sobrevivir a la sequía, los retrasos en programas de apoyo de gobierno federal, y que decir de las familias que perdieron viviendas u otro tipo de patrimonio.
Y es que durante la segunda semana de febrero de 2024 se registraron cuando menos 10 de estos hechos en todo el estado oaxaqueño en las riberas del río Atoyac, Pueblo Nuevo, San Pedro y San Pablo Ayutla, El Palmar y El Zapotal en Santiago Astata, Santa Catarina Ixtepeji por citar algunos.
Uno de los focos rojos en los conflictos agrarios, no solo es la seguridad pública, sino también los incendios provocados que han dejado daños a los ecosistemas en las 8 regiones del estado, un ejemplo claro el incendio de la Mixteca en 2023 que contabilizó 8 mil hectáreas de arbustos y bosques dañados en una zona de conflicto entre San Juan Mixtepec y San Juan Ñumi el cual duró 16 días para su control total.
La secretaría del Medio Ambiente afirma que el 99% de los incendios forestales son causados por actividades humanas, por ejemplo, la quema de terrenos para preparar la tierra para la siembra es un proceso muy peligroso que puede contribuir en la generación de incendios. Y sobre todo porque no se cumplen con los procedimientos para llevar a cabo una quema agropecuaria según lo establecido en la NOM-015.
Al cierre del 2023 se estimó un promedio de 38 mil hectáreas y entre el 8 y 10 por ciento de ellas, fueron afectaciones graves de incendios de copas, superficies enteras vegetación herbácea, grandes extensiones de pinos cedros y la perdida de fauna como venados ardillas y otras especies endémicas de Oaxaca.