Los hechos trágicos en obras públicas, han sido una contante que refleja la necesidad del cumplimiento de normas de seguridad, garantizando la vida por encima de cualquier otro factor.
De acuerdo a especialistas, las empresas deciden omitir pasos de los protocolos de seguridad establecidos en normas, como la NOM-030-STPS-2009, la cual establece las funciones y actividades que deberán realizar los servicios preventivos de seguridad y salud en el trabajo para prevenir accidentes y enfermedades, esto para ahorrarse algunos pesos.
Las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), refieren que en 2022 hubo 35,446 accidentes en la industria de la construcción, 20,267 en el 2021 y 27,033 en el 2020, siendo el año más crítico el 2019, con 42,849 accidentes. Según la Organización Internacional del Trabajo, en 2021 hubo 137 accidentes mortales en construcción en México.
Uno de los casos más recientes, se dio en el municipio de Santo Domingo Tehuantepec, dos trabajadores murieron sepultados tras un colapso en una obra de drenaje, quedando a 6 metros bajo tierra, dentro de las posibles causas destacó el reblandecimiento del subsuelo por una fuga de agua, misma que es cuestionado por expertos.
Colapso de drenajes, estructuras, trabajadores que reciben descargas eléctricas, caídas de grandes alturas, explosiones, son algunos de los accidentes con mayor reporte dentro del sector de la construcción, que anualmente cobra la vida de 185 trabajadores en promedio.
Luego de la tragedia, queda la duda ¿en quién recae la responsabilidad?, ¿los que otorgan los permisos, supervisores, constructores, protección civil? O resulta más fácil dejarlo cómo parte del riego de trabajar, pagando una indemnización a la familia, sin que se haga algo para el cumplimento de las normas y protocolo, establecidas con el fin de prevenir esto eventos de riesgo.