La red carretera de un estado, es fundamental para su desarrollo y crecimiento, la inversión es indispensable para consolidar los proyectos de conectividad terrestre, sin embargo, en ocasiones estos tienen que lidiar con las inclemencias del tiempo.
El pasado 4 de febrero, fue inaugurada por el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, la autopista Barranca Larga - Ventanilla, que permite conectar a la capital del estado, con la región de la costa, en tan solo 2 horas y media, para lograr este proyecto, tuvieron que pasar 15 años, entre retrasos por recursos mal ejecutados, abandono de empresas, desidia de las propias autoridades y factores climatológicos.
Antes de su apertura, esta vía registró varias reprogramaciones, una de ellas en noviembre del 2023, donde dos taludes de tierra afectaron por 3 meses la circulación.
Posterior a su inauguración, las lluvias derivadas de la tormenta tropical albero, desde su formación y consolidación, dejaron varios kilómetros afectados con derrumbes, La Coordinación Estatal de Protección Civil, informó que se registró un flujo de lodo y piedras desde el kilómetro 45 al 53 de la autopista Barranca Larga-Ventanilla, cerrando la circulación hasta por 6 horas.
La obra tiene una longitud de 104.3 kilómetros, pasando por 3 túneles, 3 viaductos y 10 puentes, infraestructura que de acuerdo a habitantes locales, se encuentra propenso a derrumbes y deslaves en temporada de lluvias por las misma orografía de la zona.
En Oaxaca, la red carretera está conformada por 24,836 km, de ellas, poco más de 3 mil kilómetros son carreteras federales, así como 5,291 kilómetros de carreteras estatales, donde varias de ellas son propensas a deslaves.
Ante panoramas adverso, resulta importan analizar e identificar los factores de riesgos en vías tan importantes como la autopista Oaxaca Puerto Escondido, para salvaguardar la vida de los ciudadanos y evitar pérdidas materiales, más en una obra que costó 13 mil 182 millones de pesos.