Doña Juana C. Romero, una mujer originaria de Santo Domingo Tehuantepec, considera al nivel de mujeres como doña Josefa Ortiz de Domínguez y Leona vicario, sigue sin ser reconocida en la historia de México, como una de las más grandes exponentes y promotoras del desarrollo del Istmo de Tehuantepec, que supo abrirse camino en un mundo dirigido por los hombres y que apostó por la educación por igual entre hombres y mujeres.
A más de 100 años de su vida y obra, y con el fin de reivindicar su nombre y relevancia en la historia de nuestro país, mujeres como la antropóloga y escritora Julia Astrid Suárez Reyna, se han dedicado a documentar en los archivos historicos de México, quién fue en realidad doña Juana C. Romero, una mujer visionaria, empresaria, diplomática y promotora de la educación.
En su investigación histórica y académica titulada "Juana C. Romero, una mujer extraordinaria en la historia de México", la escritora Julia Astrid, la reconoce como la primer mujer diplomática de México, la primer mujer industrial de Latinoamérica, que trascendió a nivel internacional, con el reconocimiento logrado con la medalla de oro en 1908 en las exposiciones universales de Londres.
Doña Juana C Romero, se dedicó a perfeccionar su labor en la industria de la azúcar, el principal producto que movía la economía del país, ya que sabía, que este sería el vínculo para lograr sobresalir en un mundo dirigido por hombres, tanto fue así, que entabló relaciones directas con el Vaticano, para aperturar dos centros de estudios.
En tiempos actuales, gracias a esta investigación documentada, se ha logrado que doña Juana C Romero, aparezca en los libros gratuitos de historias que imprime la Secretaría de Educación Pública del país y una medalla para distinguir a mujeres oaxaqueñas.