La violencia provocada por la intolerancia religiosa, se ha expuesto públicamente en Oaxaca, hechos que no son nuevos, pero pocas veces se muestra la realidad que muchas comunidades viven.
La ranchería de Cerro Cajón y la agencia de San Isidro Arenal, en el municipio de San Juan Lalana, han sido el detonante de acción de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, para protestar y exigir a las autoridades su intervención, en actos que han sobrepasado sus derechos y libertades, las familias cristianas de estas comunidades, han vivido la quema de su casa de oración, en encarcelamiento y exposición de 4 pastores, el secuestro de 3 mujeres, 13 viviendas destruidas y la expulsión de 13 familias, además del robo de su ganados, pertenencias y quema de su producción agrícola.
Las agresiones en estas comunidades comenzaron en noviembre del 2023, lo que ha llevado al levantamiento de denuncias, ante la Fiscalía, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, su delito, como ellos lo señalan, es no profesar la misma religión que la mayoría del pueblo y no participar en sus festividades.
Los representes de esta religión, han dejado claro que pese a las denuncias y los hechos expuestos, las autoridades no han actuado correctamente, incluso señalándolos de ser ellos los repósales por hacer público lo que están pasando, impidiendo que las dependencia realicen las mesas de paz.
Hoy los afectados piden a las instancias correspondientes aplicar la ley y castigar a los responsables, además de un retorno seguro y garantías de paz en su libre determinación de culto, esperando que con su movimiento estatal y exposición nacional, las autoridades puedan considerar una realidad la violación a su derechos que han estado viviendo.