Aretes, collares, dijes, anillos, son tan solo algunos de los objetos que elabora Cándido en su taller de joyería, ubicada en la Quinta Sección de la Ciudad de Juchitán, Oaxaca, donde diariamente realiza su trabajo.
Con más de 27 años la joyería, cuenta con se dedicó a este oficio ante la falta de empleo, y con el tiempo fue perfeccionando la técnica, hasta lograr tener su propio estilo de trabajo, que fue atraído por el extinto pintor Juchiteco, Francisco Toledo.
La mayoría de sus herramientas de trabajo son manuales, incluso algunas de estas las elaboró él mismo con metales de desecho, y así, de la forma tradicional le va dando forma al metal ya sea oro, plata o cobre.
Sus piezas tienen características especiales, ya que su gran mayoría son piezas únicas, como lagartos, tortugas, hojas, papalotes y otros objetos que son inspirados de la naturaleza, también basados en obras de artes hechos en lienzos.
Sus obras aparecen en un libro de colección titulado Voces de Oro de la Joyería del Istmo de Tehuantepec, donde varios fotógrafos mexicanos presentan gráficas del arte de la filigrana.