Los Dallas Mavericks dejaron escapar este viernes una oportunidad de oro en San Francisco y acabaron cayendo ante unos Golden State Warriors que modelaron una gran remontada en la segunda mitad tras ir perdiendo de 19 puntos en el segundo cuarto (126-117).
No bastaron los 73 puntos entre unos excelentes Luka Doncic y Jalen Bronson para unos Mavericks que quedan tocados tras esta derrota y que se llevan la final del Oeste a Dallas con un 2-0 en contra.
El esloveno, que pasó una mala noche sin dormir y con vómitos tras el primer partido, se salió con 43 puntos (12 de 23 en tiros, 5 de 10 en triples, 13 de 15 desde la línea de personal), 5 rebotes, 8 asistencias y 3 robos.
Brunson (31 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias) y Reggie Bullock (21 puntos) también sumaron en unos Mavericks que metieron 21 de 45 en triples pero que se derritieron tras el descanso (68-45).
Invictos en casa en estos playoffs (8-0), los Warriors dominaron el rebote (43 por 30), aplastaron a Dallas en puntos en la pintura (62 por 30) y tuvieron como referente a un Stephen Curry sensacional en el desenlace (32 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias).
También resultaron fundamentales en la remontada Kevon Looney (21 puntos y 12 rebotes) y Jordan Poole (23 puntos y 5 asistencias).
DOS PARTES MUY DIFERENTES
Había dudas sobre el estado físico de Doncic, pero las despejó en un visto y no visto.
El esloveno sumó 18 puntos (solo dos menos que en todo el primer encuentro) en un soberbio cuarto inicial en el que alternó triples, jugadas al poste y penetraciones con garra frente a Wiggins o Thompson.
Con una mejoría palpable en defensa respecto al primer partido y una mayor efectividad desde el perímetro, los Mavericks llegaron a ganar de 16 puntos en el ecuador del primer cuarto.
Sin embargo, un parcial de 13-0, con Curry al frente (11 puntos), permitió que los Warriors soportaran el empuje visitante pese a cometer seis pérdidas de balón (25-32).
Los Mavericks no habían inventado la rueda, ya que recurrían a penetraciones y pases para el triple liberado, pero ese plan les estaba saliendo de maravilla.
Así, Brunson asumió el mando en los minutos de descanso de Doncic y secundarios como Bertans, Finney-Smith o Bullock presumieron de pericia en los triples para abrir una importante brecha (34-53 con 7.08 para el descanso).
Frente a unos Mavericks muy enchufados, los Warriors habían perdido el norte y Green jugaba con fuego al protestar de forma constante tras haber recibido ya una técnica.
No obstante, Curry recompuso a los suyos y los Warriors llegaron al descanso con un 58-72 que les daba cierta esperanza.
Con un aroma similar al recital de puntería de su ya inolvidable séptimo partido ante los Phoenix Suns, el bombardeo de los triples en los Mavericks (un impresionante 15 de 27) fue el gran protagonista de una primera mitad en la que Doncic, que metió un triple casi desde el logo antes de irse al vestuario, acabó con 24 puntos frente a los 20 que sumaron tanto Brunson como Curry.
Los fuegos artificiales de la primera mitad se apagaron de repente en la reanudación.
Los Mavericks perdieron todo rastro de acierto de cara al aro y se estrellaron en un tercer cuarto pésimo en el que solo anotaron 5 de 19 en tiros para 13 escasos puntos en total.
Los Warriors, que vieron a Green sumar su quinta falta, no dejaron escapar la oportunidad.
Sin grandes fastos (10 de 22 en tiros) pero con una defensa reforzada, los de Steve Kerr recortaron a dentelladas la diferencia con un invitado inesperado, Looney, que con sudor e inspiración en la zona aportó 11 puntos en ese tercer parcial.
La remontada ya se fraguaba y la única buena noticia para esos atascadísimos Dallas fue que conservaron un margen mínimo antes del último parcial (83-85).
Poco los duro esa leve alegría ya que un triple de Porter Jr. le dio a los Warriors su primera ventaja de la noche nada más empezar el cuarto definitivo.
Con la afición totalmente volcada con su equipo, Poole se apuntó a la euforia de unos Warriors desatados que bordearon el +10 sin ni siquiera tener a Curry y Green en la pista.
Doncic y Brunson echaron el resto para tapar los numerosos agujeros de un barco que trataba de mantenerse a flote pero Curry, con un triple y un dos más uno, sentenció el naufragio de Dallas.
David Villafranca / EFE