Mujeres ikoots preservan elaboración del telar de cintura

 La mujer ikoots es considerada dentro de la cultura indígena como uno de los sectores poblacionales más participativos y aportadores para la economía familiar, y es que no es de extrañar ver a una mujer huave vendiendo en los principales centros comercia de los municipios en la región del Istmo de Tehuantepec.

Sin embargo, muy aparte de la actividad comercial existen algunas que preservan las tradiciones de sus ancestros, haciendo uso del telar para elaborar obras de arte, tal es el caso de la señora Flavia Ugalde Buena Vista, originaria de San Mateo del Mar, tradición que fue heredada por su señora madre.

"desde que estoy chiquita me enseño mi mama ya tenía como 8, 9 años, que me enseñó mi mamá para hacerlo yo veía que trabajaba con la servilleta y le dije que me enseñara y ella me lo enseñó y ahí aprendí para hacerlo y ahora ya estoy grande y es lo que estoy haciendo ese es mi trabajo"

A través de cientos de hilos colocados de forma vertical y utensilios de madera manejados con una destreza sin igual es como da forma a paso lento pero firme a sus trabajos, ya que un proyecto puede tardar en culminar hasta 2 meses, por la complejidad del mismo.

Cuidar que el hilo no se enrede ni se suelte, incrustarlo con firmeza y precisión en el lugar donde debe de ir contando cada hilo, formar poco a poco cada letra y figura, es un proceso que día a día doña Ugalde ha realizado durante más de 45 años.

Lamenta que a pesar de lo laborioso y tardado que es terminar un servilleta, un rebozo o un adorno de mesa u oficina, este no es bien retribuido, ya que asegura un trabajo que le llevaría realizar en 2 o 4 meses es pagado en promedio en 4 mil y 5 mil pesos, por lo que tienen que buscar un ingreso más.

En la actualidad son pocas las nuevas generaciones que preservan este arte milenario, incluso teniendo un miembro de la familia que conoce este oficio.

Ante la falta de apoyos y la poca retribución que reciben de sus obras, la minoría de mujeres ikoots que mantienen vivo el telar de cintura, ven con tristeza que con el paso de los años este trabajo se olvide y se quede como un dato en la historia y nada más.