En Oaxaca existen 7 mil 500 pescadores registrados en 33 municipios; en el 2023 se pescaron 9 mil toneladas de producto con un valor aproximado de 379 millones de pesos. El estado cuenta con 568 kilómetros de litoral y 8 sistemas lagunares costeros en 150 mil hectáreas.
Además, con vertientes en el Golfo y el Pacífico, se cuenta con un puerto de altura de 13.4 millones de toneladas de carga en Salina Cruz y dos puertos de cabotaje en Puerto Escondido y Huatulco, por lo que el potencial pesquero es significativo y la infraestructura creciente representa una enorme ventana de oportunidad que se tiene que impulsar.
Sin embargo, la pesca ribereña y artesanal enfrenta condiciones adversas de comercialización e inseguridad, deterioro de ecosistemas, pesca ilegal y equipo deteriorado y obsoleto.
La pesca de altamar o industrial padece de altos costos de operación, retiro de la flota, pérdida de esfuerzo, descarga en otros puertos, infraestructura de acopio no certificable y una flota obsoleta, mientras que la pesca social y comercial tiene altos costos de insumos, escasez de material genético, desastres naturales, infraestructura insuficiente, limitaciones para acceso al crédito y rezago tecnológico.
En la acuacultura social de autoabasto se tiene poca asistencia técnica y capacitación, hay descapitalización para el arranque y numerosas restricciones ambientales.
El diagnóstico identifica retos comunes: baja productividad, falta de capital, pesquerías de importación, desorganización, cambio climático y contaminación, por ello, la decisión de convertir a la pesca en un sector estratégico establecido en el eje de gobierno destinado a la Reparación Histórica de los Pueblos a través de políticas de bienestar transformador y la construcción de bases para el desarrollo integral y sustentable de las ocho regiones.