El tratamiento de aguas residuales, es un proceso que consiste en la separación de la carga orgánica, eliminando al máximo la cantidad de residuos y contaminantes, minimizando el impacto ambiental tras su descarga y reutilización.
Oaxaca es la segunda entidad con la mayor cantidad de plantas de tratamiento de aguas residuales, con 183, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el primer lugar lo ocupa Sinaloa con 264 y el tercero Jalisco con 170; contrastantemente, en distintos reportes, se ha dado a conocer, que menos del 20% operan adecuadamente en Oaxaca.
El impacto ecológico, se ha visto reflejado en la alta contaminación de los afluentes y la reducción de la vida en los mismos, por los altos niveles de toxinas y falta de oxígeno, dando escenarios como la mortandad de peces, como lo registrado en el río Los Perros de Juchitán, en junio de 2023 y mayo de 2024.
Condición que también comparte el rio Tehuantepec, representando un riesgo para la flora y fauna local, así como para su población de no tomarse las medias pertinentes.
Ante la urgente necesidad de sanear el rio Tehuantepec, en noviembre de 2023, se dio el banderazo del inicio de construcción una planta de tratamiento de aguas residuales, con una inversión de 90 millones de pesos, a los que se suman 77 millones de pesos en la rehabilitación del drenaje sanitario y 24 millones de pesos para la construcción del colector Lieza-Basaguya.
Proyecto más que urgente en el municipio de Tehuantepec, pero que también debería replicarse en todos los asentados en la cuenca de este río, tomando la experiencia estatal, que pese a tener una de las cifras más altas de plantas tratadoras, las pocas operativas, no han dado un efecto positivo, agudizándose la contaminación.