Las pasadas administraciones estatales de Oaxaca construyeron 150 plantas tratadoras de aguas residuales, pero solo funcionan adecuadamente 17, otras 21 operan de manera parcial y 112 están totalmente abandonadas y convertidas en "elefantes blancos", según el reporte de la Comisión Estatal del Agua.
En la sub cuenca del río Los Perros se construyeron 10 plantas, pero estas instalaciones han dejado de operar, algunas incluso quedaron en obra negra.
Tenemos 10 plantas de tratamiento de aguas residuales, 3 que no se terminaron, están en construcción, se quedaron en obra negra, y 7 que de alguna manera operaron, sin embargo, en este momento nada más funciona una la del Espinal.
La legislación de agua potable y alcantarillado del Estado de Oaxaca, establece que los Ayuntamientos son los encargados de operar estas plantas, con el acompañamiento del Gobierno del Estado.
Solamente 3 de las 10 plantas son viables su recuperación, las demás si se buscara rehabilitarlas, se tendría que hacer una inversión muy fuerte, pero además el problema que tenemos es su operación, porque no hay un sistema operador que se encargue.
El objetivo e importancia de las plantas de tratamiento de aguas residuales consiste en la desinfección de las aguas contaminadas para preservar el medio ambiente y propiciar una mayor disponibilidad de este recurso. Para ello se cuenta con normativas como el Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales.
Estamos contaminando no solamente las aguas superficiales, sino también estamos contaminando las aguas subterráneas, el acuífero se está contaminando.
En Juchitán se estima que se generan 500 litros por segundo de aguas residuales, que son desechados en el cauce del río, a esto se le suma la gran cantidad de aguas negras que generan los demás municipios.