La negociación sindical, se ha convertido en una de las más difíciles para los gobiernos, un tema, que autoridades de Oaxaca conocen muy bien, cada una con sus particularidades.
Oaxaca de Juárez, al concentrar las oficinas del Gobierno Estatal y Municipal, se convierte en la ciudad de la resistencia para distintos sindicatos, siendo su principal fuente de presión, los bloqueos carreteros.
Hoy en día, la presión de los sindicatos, al concentrar un número importante de agremiados, pareciera que les da las facilidades para romper las leyes, destruir propiedad privada, bienes públicos y violentar la libertad de otros ciudadanos, logrando sus beneficios pese a todos sus disturbios.
En municipio como Salina Cruz, la bandera de lucha sindical, siempre ha sido la basura, el secuestro de camiones recolectores, sin importar que con ello, atenten contra la salud y bienestar de la población, con el fin de lograr sus intereses.
Esto no es algo nuevo, ni exclusivo de este 2025, en fechas recientes también se replicó en el 2022 y en el 2019, con un contexto similar, la lucha de beneficios laborales bajo la presión social.
Tras varios días de protesta, llega la negociaron política, acuerdo que nunca que exponen en su totalidad, pero extrañamiento, años después, vemos a muchos trabajares de administraciones pasadas en las bases sindicales, lo cual, siempre pone en aprietos las fianzas de los futuros gobernantes, con nominas infladas, impuestos sin pagar, deudas bancarias, etc., dejando sin solvencia a un municipio.
Sin duda, los sindicatos se han vuelto en instrumentos indispensables para la defensa de los derechos de los trabajadores, pero se debe de recordar, que la autonomía de los sindicatos debe operar dentro de la ley y nunca fuera de ella, ni muchos menos, los acuerdos políticos, deben de torcer la ley.