La pesca rivereña en el estado de Oaxaca, se ha vuelto una labor cada vez más complicada para los hombres y mujeres que sobreviven de esta actividad, ya sea por la baja producción, el retiro mar adentro de las especies, cambios de corriente, marea o fenómenos meteorológicos, o por factores económicos.
La búsqueda de métodos alternativos es una prioridad, ya sea para el consumo familiar o la venta de los mismos, siendo uno de los métodos más recurrente, la producción controlada de mojarras tilapias en estanques.
Aunque la tilapia fue introducida en 1964 en México, es en los últimos 10 años donde toma mayor relevación como producción en grajas acuícolas, en nuestro país, el camarón y la mojarra son las principales especies producidas por la acuacultura, en 2023 se produjeron más de 160 mil toneladas de camarón de granja, y de mojarra tilapia más de 21 mil toneladas.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, el rendimiento de esta producción puede ser ser de 10 a 40 kg/m³ en jaulas y en los es-tanques de 15 a 40 toneladas por hectárea.
Actualmente el 71% del país, es decir, 23 de los 32 estados de la República, tienen producción acuícola; y aunque algunas granjas de tilapia iniciaron como una actividad familiar o para consumo personal, los atributos de esta especie les permitieron crecer, convirtiéndose en negocios rentables.
Las autoridades del estado de Oaxaca, han informado que se destinó durante el 2023 una inversión de 8.5 millones de pesos para el programa Fomento Pesquero y Acuícola, generando una producción de más de un millón de alevines, ¿dichos recursos resultan suficientes? ¿Será esta la opción para la pesca rivereña?, por el momento, la actividad sigue creciendo y siendo un sustento familiar y un proyecto detonante a futuro.