Con un panteón municipal en Salina Cruz saturado, y otro espacio alterno que se habilitó en días recientes que no tiene las mínimas condiciones sanitarias, aumentan las cifras de personas que son inhumadas por diferentes razones, pero también por covid 19, la pandemia que hoy lleva a sobrevivir a mucha gente a costa de la propia muerte.
José Antonio Escobar Reyes, es un panteonero que desde niño aprendió este oficio de su padre, lleva más de 25 años trabajando al interior de los panteones, y cuando las cosas comenzaron a ponerse difíciles en Salina Cruz por las defunciones que ha dejado la pandemia Jose Antonio practicamente no puede parar de trabajar porque independientemente del protocolo sanitario a seguir, de por sí el enterrar difuntos ocupa un tiempo especial.
"Nosotros trabajamos las 24 horas del día, no nos damos abasto en ocasiones porque el trabajo es mucho, toda la noche parte de mañana hasta que terminemos, porque el protocolo nos marca que debemos tener solo 4 horas de la inhumación de un cadáver que el deceso fue por covid..."
Las condiciones en el panteón de salina cruz, son muy complicadas desde hace varios años, pues ante la falta de espacios, hay que hacer diferentes tipos de maniobras, ocupar material de construcción para liberar fosas y poder sepultar de manera segura además de la inversión en los equipos personales para el personal que se involucra, narra Jose Antonio.
"Porque tenemos que comprar material, el camión que nos cobra para llevarlo, eso implica gastos, y los costos varían desde los 5 mil hasta los 10 mil pesos..."
No te vayas a enfermar reclama la familia; no hay cura para el covid, le dicen sus amigos, sin embargo, el sustento familiar pesa en sus hombros, el mismo peso de un ataúd en plena madrugada, porque la pandemia no respeta horarios, ni condiciones climáticas.
"Venir aquí diario, diario, diario, es algo complicado para ella porque piensa, no te vayas a enfermar, te vas todas las noches te puede pasar algo, como ayer que estamos trabajando con los truenos, las lluvias, con las herramientas de fierros que pudiera pasar algo o hundirnos pues porque con la oscuridad también hay tumbas que se agrietan y pues se puede ir un compañero, lastimarse y es un riesgo que corremos en esta situación, pero la ciudadanía no ve esto..."
Al final de la jornada, vuelve a casa con una cantidad de dinero que no se sabe si alcance o no, pero también con la preocupación de exponer a su familia, sin tener alguna otra opción para subsistir.
"Se tiene que repartir entre 5 o 6 personas, más los materiales, entonces venimos recibiendo como 500 o 600 pesos por cada uno, lo máximo hemos tenido 5 inhumaciones al día, en el mes pasado tuvimos como unas 40 inhumaciones en 20 días, pero se nos hizo complicado porque estuvimos trabajando noche y día, cansancio, desvelo..."