Entre los estados señalados con mayores casos de abuso sexual infantil esta la Ciudad de México, Jalisco, Baja California, Morelos, San Luis Potosí y Oaxaca. Aunque este delito puede ocurrir entre los cero y 12 años, estadísticamente, hay mayor ocurrencia en las edades de seis a ocho años de edad.
Una niña, niño o adolescente, que está sufriendo de violencia sexual puede presentar consecuencias físicas, psicológicas y sociales graves a corto y largo plazo; también para sus padres, familias e incluso en sus comunidades, incluyen los riesgos de padecer infecciones de transmisión sexual, trastornos psicológicos, estigmas, discriminación y dificultades o deserción escolar, entre otros.
Oaxaca ocupa el cuarto lugar nacional en abuso sexual infantil, donde se calcula que seis de cada siete casos no son denunciados además de los embarazos no deseados donde más del 60% ocurren en mujeres menores de 29 años.
En la entidad una de cada 12 niñas sufre violencia sexual, la mayoría en su propio hogar y solo algunos casos mediáticos alcanza una condena debido a la ineficacia de las investigaciones.
Según el Código Penal del Estado, el abuso sexual infantil puede ser sancionado de 6 a 13 años de prisión y multas que oscilan entre 50 y 200 salarios mínimos; esta medida, lejos de disuadir a los atacantes, frecuentemente genera un ambiente de silencio y miedo en las víctimas, especialmente en comunidades donde los mecanismos de denuncia son prácticamente inexistentes.
Los agresores suelen ser personas cercanas a las víctimas y los principales escenarios de abuso son el hogar y la escuela, lo que dificulta los procesos penales y la reparación del daño. donde 9 de cada 10 víctimas son mujeres y 4 de cada 10 son menores de 15 años de edad.
Especialistas consideran que el incremento del 73 por ciento en aumento de consumo de pornografía infantil es un factor que contribuye negativamente de acuerdo a la Dirección General Científica de la Guardia Nacional.