Oaxaca, reconocido por su rica biodiversidad, enfrenta una problemática creciente relacionada con el tráfico ilegal de fauna silvestre, especialmente de especies en peligro de extinción como el jaguar y el tigrillo . Estos felinos son objeto de interés para organizaciones criminales que los capturan y comercializan, poniendo en riesgo su supervivencia.
La selva Chinanteca de Oaxaca ha sido escenario de actividades ilegales que afectan a diversas especies, incluyendo jaguares y ocelotes. Cazadores furtivos colocan trampas que mutilan a los animales y venden especies como ocelotes, armadillos y búhos en mercados ilegales.
También, se han identificado grupos en redes sociales y aplicaciones de mensajería en Oaxaca donde se comercializan aves en peligro de extinción, como pericos, guacamayas y tucanes. Aunque el enfoque es en aves, este fenómeno refleja una tendencia más amplia de tráfico de fauna silvestre que también afecta a felinos.
Se han identificado al menos 390 especies comercializadas ilegalmente en Oaxaca, incluyendo pericos, guacamayas, cardenales, tucanes, loros, halcones y águilas. De estas, aproximadamente 60,000 mueren anualmente durante su captura, transporte o por falta de alimentación adecuada.
Las comunidades de Bethania, La Reforma, Camalotal y San Felipe de la Peña en el municipio de Tuxtepec, así como Paraíso Zacatal en Loma Bonita, son identificadas como principales áreas donde ocurre la caza furtiva y el tráfico de fauna silvestre.
El Centro para la Diversidad Biológica denunció el uso de redes sociales para la venta ilícita de fauna en peligro de extinción, incluyendo jaguares y osos negros. Aunque la PROFEPA ha decomisado miles de ejemplares protegidos, se desconoce el destino del 97% de ellos. Las sanciones actuales, que incluyen multas de hasta 2,500 pesos y penas de prisión de 3 a 10 años, son consideradas insuficientes.